miércoles, 11 de abril de 2012

¿Y luego, por qué no voy al cine?

Ya he comentado con anterioridad que prefiero ver las películas en mi casa antes que irme a meter al cine. Dicen los que saben, que quién sabe quiénes son y qué saben, pero según hay que hacerles caso, que el cine se ve mejor en el cine. Y estoy de acuerdo con este dicho, pero al mismo tiempo lo niego (sí, así soy de voluble).

Me explico: Sí, el cine se ve y se escucha mejor en el cine. Pero, desafortunadamente, al cine no sólo voy yo y hay que compartirlo con otras personas que también van al cine, aunque no precisamente a disfrutar de una película. Tengo tan mala suerte que siempre me toca sentarme cerca de alguien que platica toda la película, o que se la pasa contestando el celular, o peor aún, que patea o sube los pies a los asientos. En fin, que para ir al cine no hay examen de admisión y dejan entrar a cualquier patán que pueda pagar su boleto.

Y entonces, con todo lo anterior, tengo que decir que en mi experiencia resulta que el cine ni se ve ni se escucha mejor en el cine. Así de simple.

Habiendo justificado porque prefiero ver películas en mi casa, y dado que soy un tecnópata declarado, ahora tengo que asegurarme de que en realidad, el cine se vea y se escuche mejor en mi casa. Y lograr esto no es sencillo ni automático. Más allá del aspecto económico, se requiere de tiempo y paciencia. Pero como el tiempo se me ha terminado, ya será en otra entrada cuando platique cómo obtener la mejor imagen y sonido en nuestras casas, y sobre todo, sin gastar mucho dinero.

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